
Los caminos del Rock son inescrutables. Resulta cada vez más evidente que, si bien una leonina melena y un físico entre atlético y escuálido dan puntos extra, éstos no son elementos indispensables para rockear. Ni siquiera son necesarios para convertirse en una de las mejores bandas de los últimos tiempos (vean sino el despejado cráneo de
Rob Halford o las actuales orondeces del otrora musculoso
Dave Wyndorf, ahora incluso más creíble como predicador
stoner). Pero si a esto le añadimos desterrar las guitarras eléctricas y un integrismo rockero que (paradójicamente) lejos de tomarse en serio a sí mismo se sitúa en esa inclasificable etiqueta que es el ‘Comedy Rock’, la conclusión es que nada accesorio nos distraerá a la hora de comprobar si de verdad el resultado interesa o no para el Rock. Cuando dos
loosers rellenetes se suben a un escenario ridículo con dos acústicas ajadas y te convencen de que han escrito
la mejor canción del mundo, lo hacen con la sola herramienta de su descomunal e inigualable talento.
5 comentarios:
A Burrito Supreme!
Joder, anda que no se nota que conocen y dominan todos los clichés del rock y los parodian y homenajean de puta madre.
¡las risas que me he podido echar con este par de gansos! ¡seguid así! ^_^
Oye, que pasa, que no publicáis nada o que?
hey! genial el blog... let´s rrrrock!
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